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  1. La muerte no es el final. La muerte no es el final es una canción católica compuesta por el sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991). 1 Su pasaje central fue elegido en 1981 como himno para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas Españolas, 1 2 y se canta ante la llama eterna del Monumento a los Caídos por España. 2 .

  2. Resumen. La canción «La muerte no es el final» es un himno de esperanza y consuelo que ha dejado una huella imborrable en la música religiosa y popular. Su mensaje trasciende las diferencias religiosas y culturales, conectando con el anhelo humano de trascendencia y esperanza más allá de la muerte. Si estás buscando consuelo en momentos ...

  3. Oct 12, 2023 · Es un momento crucial cada 12 de octubre y cada Día de las Fuerzas Armadas. El homenaje a los caídos por España y la reproducción de «La muerte no es el final» genera siempre un gran sentimiento de respeto. Este himno, esta canción, es obra del sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991).

  4. Aug 21, 2014 · El autor de la canción es el sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991), que la compuso a la muerte de Juan Pedro, un organista de su parroquia que falleció con 17 años. Sin ...

  5. La muerte no es el final. " La Muerte No Es El Final " (Death Is Not The End) is a Christian song composed by the Spanish priest Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936–1991), after the death of Juan Pedro, a young organist in his church. Gabaráin composed hundreds of religious songs, some of them known worldwide such as "Pescador de Hombres".

  6. De Wikipedia, la enciclopedia libre. La muerte no es el final es una canción católica compuesta por el sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991). Su pasaje central fue elegido en 1981 como himno para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas Españolas, y se canta ante la llama eterna del Monumento a los Caídos por España.

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  8. La muerte no es el final. La muerte no es nada. Simplemente pasé a la habitación de al lado. Yo soy yo, ustedes son ustedes. Lo que fui para ustedes lo seguiré siendo siempre. Llámenme con el nombre con que siempre me llamaron. Háblenme como lo hicieron siempre, no cambien el tono de voz. No se pongan solemnes ni tristes.