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al Jesús agobiado se semeja. Dentro de esa mansión casi ninguna, duerme la seda a veces y despierta, refresca la tinaja, el buey se luna. Ahorcada está la tórtola en la puerta, esperando cantar, sudando fuente, sobre la boca, como un arco, abierta.
Carora, noche del 3 de enero. Seis amigas (Altagracia del Toro, Joaquina Leal «La Juaca», Laura Briceño, Elda «Chichita» de Agüero Del Toro, Ricarda Araujo y Marina Batista) se reúnen en la iglesia del pueblo, donde el padre Sebastían es brutalmente asesinado.
El sol, la rosa y el niño flores de un día nacieron. Los de cada día son soles, flores, niños nuevos. Mañana no seré yo: otro será el verdadero. Y no seré más allá de quien quiera su recuerdo. Flor de un día es lo más grande al pie de lo más pequeño. Flor de la luz el relámpago, y flor del instante el tiempo. Entre las flores te ...
Murió en Madrid (1898) LA OBRA. Abel Martín dejó una importante obra filosófica (Las cinco formas de la objetividad, De lo uno a lo otro, Lo universal cualitativo, De la esencial heterogeneidad del ser) y una colección de poesías, publicada en 1884, con el título de Los complementarios.
La muerte: dulce niña del consuelo. La literatura mexicana, desde Nezahualcóyotl hasta Juan Rulfo, nos acercan a formas de mirar la muerte, historias y experiencias donde se nutre el imaginario colectivo. La muerte brinda un dulce descanso, relajamiento ante las inclemencias de la vida. El tránsito para abrazarla es doloroso, quien lo ...
La rosa de la noche en las calle me mece. Ecos de golondrinas se aquietan en la nube. La sombra va danzando su dolor por los muelles. El mar se sale al viento en perfume salvaje. El ideal a ratos se sacude y florece... (Tu sueño de palabras va perdiendo su sueño. Mi corazón se expande en canciones celestes...) ¡Amado!
-Dame uno de ellos -dijo la Muerte- para plantarlo en mi huerto; uno solo de ellos, y me iré.-No te doy nada -dijo la Avaricia-, y escondió la mano en los pliegues de su vestidura. Y la Muerte lanzó una carcajada, y tomó en sus manos una taza y la introdujo en un charco de agua, y de la taza se levantó la Fiebre Palúdica.