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Es un poema en el que el escenario nocturno nuevamente sirve de telón de fondo para convocar los recuerdos de los pesares, dolores y nostalgias de lo vivido. Una voz poética insomne, que accede al “corazón de la noche”, reflexiona sobre la vida, las tristezas y las adversidades.
- Licenciado en Letras
auroras de hermosísimos, no darán su temblor. lastimero cuando abra la estrella de pastor. sus párpados de luengas y rizosas pestañas. que me hacen decir cosas melifluas y extrañas. ¡Mirad bien, ojos míos; mirad bien y de prisa. este valle que ha oído tantas veces mi risa, y mi voz, y mi llanto, y el silbo de mi honda.
Vuestras lágrimas son lágrimas de los ojos nada más, y las mías vendrán cuando yo esté sola, de las plantas de los pies, de mis raíces, y serán más ardientes que la sangre. Vecina: Vente a mi casa; no te quedes aquí.
La poesía amorosa de Quevedo. Ricardo Fernández Esteban. Voy a tratar en este artículo de algunos de los aspectos de la poesía amorosa de Francisco de Quevedo, tomando varios ejemplos de los 70 poemas recopilados en “Canta sola a Lisi y la amorosa pasión de su amante”, transcritos de su “Poesía original completa”, editada por ...
MENDIGA.— Yo los vi; pronto llegan: dos torrentes quietos al fin entre las piedras grandes, dos hombres en las patas del caballo. Muertos en la hermosura de la noche. (Con delectación.) Muertos sí, muertos. MUCHACHA 1ª.— ¡Calla, vieja, calla! MENDIGA.— Flores rotas los ojos, y sus dientes dos puñados de nieve endurecida.
Jun 15, 2009 · Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo estanca como el agua tu mirada nocturna. En la red de mi música estás presa, amor mío, y mis redes de música son anchas como el cielo. Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
en un día señalado, entre las dos y las tres, se mataron los dos hombres del amor. Con un cuchillo, con un cuchillito: que apenas cabe en la mano, pero que penetra fino: por las carnes asombradas : y que se para en el sitio: donde tiembla enmarañada : la oscura raíz del grito.