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  1. Juan Ramón Jiménez. Madre, tu amor es sol que nunca se apaga, en las noches más oscuras, tu abrazo es mi calma. Tu voz es la melodía que guía mis pasos, y en cada rincón de mi alma, tu presencia siempre hallo. Gracias por cada detalle, por cada gesto, por cada cariño, porque siempre es inmenso. ¡Feliz Día de la Madre!

  2. Apr 22, 2021 · A continuación, presentamos algunos de los mejores poemas que han dedicado los vates peruanos a la madre. 1. Madre. Autor: Carlos Oquendo de Amat. Tu nombre viene lento como las músicas humildes. y de tus manos vuelan palomas blancas. Mi recuerdo te viste siempre de blanco.

  3. Autor: Juan B. Huyka. Madre mía, qué alegría. pensar que te tengo a ti. Aunque ausente, mi alma siente. tu presencia junto a mí. Himno a las Madres Letra: L. De B. Pentanes Música: Alcides Prado Q. Madre mía tu nombre bendito es un canto de gloria en mi voz; es poema que en mi alma va escrito por la mano divina de Dios.

    • Caricia, de Gabriela Mistral
    • A MI Madre, Edgar Allan Poe
    • Amor, de Pablo Neruda
    • La Madre Ahora, de Mario Benedetti
    • Es El Caso de Hablar, de Miguel Ángel Asturias
    • Apegado A Mí, de Gabriela Mistral
    • Madrecita Mía, de Gabriela Mistral
    • A MI Madre, de Manuel Gutiérrez Nájera
    • Las Manos de MI Madre, de Alfredo Espino
    • Madre Mía, de Rafael Escobar Roa

    Madre, madre, tú me besas, pero yo te beso más, y el enjambre de mis besos no te deja ni mirar… Si la abeja se entra al lirio, no se siente su aletear. Cuando escondes a tu hijito ni se le oye respirar… Yo te miro, yo te miro sin cansarme de mirar, y qué lindo niño veo a tus ojos asomar… El estanque copia todo lo que tú mirando estás; pero tú en la...

    Porque creo que, en los cielos, arriba, los ángeles que uno a otro se susurra no hallan entre sus palabras de amor ninguna tan devota como “Madre”, desde siempre te he dado yo ese nombre, tú que eres más que madre para mí y llenas mi corazón, donde la muerte te puso, libre el alma de Virginia. Mi propia madre, que murió muy pronto no era más que mi...

    Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte la leche de los senos como de un manantial, por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal. Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, porque tu ser pasará sin pena al lado mío y ¿saliera en la estrofa? Limpio de todo ...

    Doce años atrás cuando tuve que irme dejé a mi madre junto a su ventana mirando la avenida ahora la recobro solo con un bastón de diferencia en doce años transcurrieron ante su ventanal algunas cosas desfiles y redadas fugas estudiantiles muchedumbres puños rabiosos y gases de lágrimas provocaciones tiros lejos festejos oficiales banderas clandesti...

    Madre, te bendigo porque supiste hacer de tu hijo un hombre real y enteramente humano. Él triunfará en la vida. Se marcha y es el caso de hablar de su regreso. Cuando veas volver, en un día de fiesta, un viador que en la mano luzca preciosas joyas y haga notorios paso y ademán -¿insolencia, dinero o buena suerte?-; no salgas a su encuentro, puede n...

    Velloncito de mi carne que en mi entraña yo tejí, velloncito friolento, ¡duérmete apegado a mí! La perdiz duerme en el trébol escuchándote latir: no te turben mis alientos, ¡duérmete apegado a mí! Hierbecita temblorosa asombrada de vivir no te sueltes de mi pecho ¡duérmete apegado a mí! Yo que todo lo he perdido ahora tiemblo hasta al dormir. No re...

    Madrecita mía, madrecita tierna, déjame decirte dulzuras extremas. Es tuyo mi cuerpo que juntaste en ramo, deja revolverlo sobre tu regazo.

    ¡Madre, madre, si supieras cuántas sombras de tristeza tengo aquí! Si me oyeras, y si vieras Esta lucha que ya empieza Para mí. Tú me has dicho que al que llora Dios más ama; que es sublime Consolar: Ven entonces, madre y ora; Si la fe siempre redime, Ven a orar. De tus hijos el que menos Tu cariño merecía Soy quizás; Pero al ver cual sufro y peno ...

    Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman! ¡Las que, por aliviarme de dudas y querellas, me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

    Cuando los ojos a la vida abría, al comenzar mi terrenal carrera, la hermosa luz que vi por vez primera fue la luz de tus ojos, ¡madre mía! Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía, espesas sombras hallo por doquiera, la luz de tu mirada placentera ilumina mi senda todavía. Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora, cuando a las sombras de mi noche oscu...

  4. Apr 5, 2024 · la hermosa luz que vi por vez primera. fue la luz de tus ojos, ¡madre mía! Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía, espesas sombras hallo por doquiera, la luz de tu mirada placentera. ilumina mi senda todavía. Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora. cuando a las sombras de mi noche oscura. avance ya con vacilante paso.

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  5. Un poema en honor a mi madre que está en el cielo: una dedicatoria desde el corazón. En lo más alto del firmamento, entre estrellas y constelaciones, habita mi madre, un ser celestial que dejó su huella en mi corazón. A través de estas líneas, quiero rendirle un amoroso homenaje y expresar todo el inmenso vacío que su partida ha dejado ...

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  7. 9. Apegado a mí, de Gabriela Mistral. Entre los poemas de Gabriela Mistral, se encuentra este sobre la maternidad. Esta composición evoca la imagen de una madre que abraza en su seno a su recién nacido, a quien pide que no se separe de ella. Velloncito de mi carne.